Tanto Rusia, como Ucrania son proveedores de materias primas esenciales, componentes y energía en el continente europeo. El conflicto armado, el cierre de vías de transporte y las sanciones impuestas por la OTAN, pueden suponer para Europa la escasez de materiales y la falta de suministro energético, lo que redundará en graves consecuencias como la subida de precios o el paro de ciertas industrias.
Las cadenas de suministro europeas se enfrentan a una grave crisis derivada de la acción bélica desplegada por Rusia en territorio ucranio. La decisión del Kremlin de invadir el país ha desatado una fuerte crisis económica y un aumento descontrolado de los precios de las materias primas y la energía. Entre los principales riesgos a los que se enfrentan los mercados y que pueden afectar directamente a la cadena de suministro destacan los siguientes:
Falta de suministro energético, especialmente de gas. Rusia es el mayor exportador mundial de gas, por lo que el cierre de suministro progresivo que el Kremlin está aplicando a Europa desde finales del año pasado, está provocando una subida histórica de los precios. El pasado 24 de febrero, el gas cotizaba en el TTF, principal mercado europeo, a 143 euros por tonelada, muy cerca del máximo histórico de 180 euros por tonelada marcado en diciembre.
Industrias como la alemana, muy dependientes del gas suministrado por Rusia, podrían sufrir graves consecuencias e incluso la paralización de fábricas.
A las tensiones por el cierre de suministro hay que sumar la reciente decisión de Alemania de paralizar indefinidamente el gasoducto Nord Stream 2, que aún no está en funcionamiento, pero tenía previsto doblar el suministro de gas ruso a Alemania.
Microchips y metales. Otro de los riesgos a los que se enfrenta Europa por la intervención rusa en Ucrania es la escasez de algunos metales y el agravamiento del problema de suministro de microchips, que se prolonga desde el pasado año.
En el caso de los metales, ambos países son los líderes mundiales en la producción de cobre, hierro o níquel. A lo que hay que sumar las grandes cantidades que producen de materias primas como el paladio, el platino o el neón, directamente relacionadas con la producción de microchips.
La escasez de este tipo de materiales, que pueden afectar a sectores como la automoción, la industria aeroespacial, o incluso la producción de prótesis médicas, entre otros, hace predecir un aumento grave de los precios y los servicios, ya que la búsqueda de proveedores alternativos es lenta y no cubre todas las necesidades de la industria.
El transporte. La subida del coste del petróleo también será uno de los factores que más presión ejerza sobre la cadena de suministro. La subida de los precios de los carburantes afectará directamente al transporte por carretera y al precio del transporte marítimo, cuyas tarifas ya estaban marcando máximos históricos.
Precio de los alimentos. Otro de los mercados que verá afectado directamente por la crisis desatada por Rusia será el sector alimentario, ya que Ucrania es uno de los mayores productores mundiales de cereal, siendo uno de los principales proveedores de maíz en China, o de trigo para Turquía o Italia. Según los expertos, la escalada bélica, a la que se une la crisis climática y la escasez de lluvia, repercutirán directamente sobre alimentos básicos, cuyos precios pueden verse afectados por subidas de hasta el 30%.