El pasado 14 de diciembre de 2023, el Consejo y el Parlamento Europeo anunciaron un acuerdo provisional en relación a la Directiva de diligencia debida de las empresas en materia de sostenibilidad que, cada día más cerca de su aprobación, requerirá a las empresas que realicen evaluaciones sistemáticas de sus cadenas de suministro para identificar y abordar posibles impactos negativos en derechos humanos, medioambiente y gobernanza.
Ecovadis, proveedor de calificaciones de sostenibilidad de referencia a nivel mundial, patrocinó el pasado martes 6 de febrero un Conecta con Compras que sirvió para profundizar sobre esta normativa que obligará a las compañías a implementar medidas preventivas y correctivas, así como a informar públicamente sobre sus acciones con el objetivo de promover la responsabilidad empresarial y la sostenibilidad en sus operaciones globales.
Además de unos talleres interactivos en los que los asistentes pudieron compartir tanto su experiencia en torno a la sostenibilidad en la cadena de suministro como las inquietudes y desafíos ante la futura aplicación de esta nueva Directiva, Sofía Elósegui, Senior Sustainability Solution Consultant en EcoVadis, expuso sus aspectos más relevantes en el contexto de la cadena de suministro.
El primer paso, la información.
Para las empresas es fundamental estar al tanto de cualquier novedad que se produzca en relación a las distintas regulaciones relacionadas con la sostenibilidad:
- Cumplimiento legal. La regulación en sostenibilidad está evolucionando de manera muy rápida y cada vez es más exigente, lo que significa que las empresas deben cumplir con requisitos específicos para evitar posibles sanciones y mantener su licencia para operar.
- Responsabilidad social corporativa. Las empresas tienen la responsabilidad de operar de manera ética y sostenible, considerando no solo sus propias operaciones, sino también las de su cadena de suministro. Cumplir con las regulaciones de sostenibilidad contribuye a una imagen corporativa positiva y a la generación de confianza entre los stakeholders.
- Gestión de riesgos. Toda regulación en materia de sostenibilidad está diseñada para mitigar riesgos relacionados con el impacto ambiental, social y de gobernanza de las empresas. Estar al tanto de estas regulaciones ayuda a las empresas a identificar y abordar posibles riesgos en sus operaciones.
- Competitividad y acceso a otros mercados. Cada vez con más frecuencia, los consumidores y los inversores optan por empresas que demuestren su compromiso con la sostenibilidad. Cumplir con las regulaciones de sostenibilidad puede mejorar la competitividad de una empresa y facilitar su acceso a mercados internacionales.
Es importante tener en cuenta además que, a través del establecimiento de normativas más estrictas, el impulso de medidas para aumentar la transparencia en las prácticas empresariales, la implementación de incentivos fiscales para empresas que adopten prácticas sostenibles, así como la imposición de penalizaciones para aquellas que no cumplan con las regulaciones de sostenibilidad o el fomento de la colaboración entre el sector público y privado para desarrollar políticas y programas que impulsen la sostenibilidad empresarial, pone de manifiesto cómo los responsables políticos están tomando medidas proactivas para regular la sostenibilidad empresarial con el fin de abordar desafíos ambientales, sociales y de gobernanza, y promover con ello un desarrollo económico más sostenible y equitativo.
¿Qué aportará la nueva Directiva sobre diligencia debida?
1. Identificación de impactos adversos
Las empresas deberán realizar un análisis exhaustivo para identificar los efectos adversos reales o potenciales sobre los derechos humanos y el medio ambiente en sus operaciones y cadenas de valor.
2. Prevención y mitigación de impactos
Las empresas habrán de tomar medidas para prevenir, mitigar y poner fin a los impactos adversos sobre los derechos humanos y el medio ambiente.
3. Supervisión y comunicación
Además de comunicar públicamente sus acciones sobre debida diligencia, es fundamental que las empresas supervisen la eficacia de las políticas y medidas implementadas en este sentido.
Por todo ello, contar con una plataforma de evaluación de sostenibilidad que permita a las empresas medir y mejorar su desempeño en términos de responsabilidad social corporativa y sostenibilidad para identificar aspectos de mejora en áreas clave como prácticas laborales y derechos humanos, ética empresarial, impacto en el medio ambiente y cadenas de suministro sostenibles.