La actividad en el sector servicios español se contrajo en septiembre por primera vez desde principios de año en medio de una caída de las ventas. En consecuencia, las empresas centraron su atención en completar los pedidos pendientes de realización, al mismo tiempo que se muestran atentas a las presiones de los costes, que aumentaron a un ritmo elevado en el mes. En parte como respuesta a esta disminución de los pedidos pendientes, se registraron pérdidas de puestos de trabajo, pero estas también se debieron a una menor confianza en el futuro. Los últimos datos mostraron que las expectativas se mantuvieron históricamente moderadas.