La economía del sector servicios de España se mantuvo definitivamente en territorio de expansión en junio, aunque tanto la actividad como los nuevos pedidos aumentaron a ritmos más lentos. No obstante, la capacidad permaneció bajo cierta presión, tal como lo reveló otro aumento de los pedidos pendientes de realización, y en respuesta las empresas aumentaron sus niveles de personal. Pese a ello, la presión de los costes sigue siendo un problema, y algunas empresas indicaron que el poder adquisitivo de los clientes se está deteriorando, hecho que generó preocupación de que el crecimiento de la actividad se debilitará en los próximos meses.