Establece los requisitos de información ambiental, social y de buena gobernanza (ESG) para las empresas y pretende ampliar significativamente el alcance de la NFRD, tanto en términos de quién debe informar como de qué se debe informar.
La CSRD obliga a las empresas a realizar un examen detallado del impacto que su actividad genera en el mercado. Requiere a las organizaciones llevar a cabo un análisis más sólido y minucioso de la información de sostenibilidad, con el objetivo de equipararse a la información financiera y de favorecer la comparabilidad entre las empresas dentro del ámbito europeo.