En febrero, la economía de la zona euro continuó en expansión, aunque a un ritmo marginal. A pesar de un leve crecimiento en la actividad, la demanda se mantuvo débil y los nuevos pedidos disminuyeron aún más. La confianza empresarial cayó ligeramente, mientras que el empleo se redujo por séptimo mes consecutivo, principalmente en el sector manufacturero. Las presiones inflacionarias aumentaron, con los precios de los insumos subiendo a la tasa más alta en casi dos años, lo que llevó a las empresas a incrementar sus precios de venta. El índice HCOB PMI se mantuvo apenas por encima de 50, señalando expansión económica a un ritmo muy por debajo del promedio histórico. En términos regionales, España, Irlanda e Italia contribuyeron positivamente al crecimiento, mientras que Alemania y Francia tuvieron desempeños más débiles. Las expectativas empresariales para los próximos doce meses fueron optimistas, aunque moderadas en comparación con años anteriores.
