HERRAMIENTAS PARA LOS OBJETIVOS CLIMÁTICOS DE LAS ORGANIZACIONES

26 septiembre, 2023

HERRAMIENTAS PARA LOS OBJETIVOS CLIMÁTICOS DE LAS ORGANIZACIONES

Por Iván Moya Alcón, coordinador de Transición Ecológica en UNE

Las normas técnicas proporcionan pautas y directrices para planificar, mejorar y comunicar el comportamiento ambiental de sus actividades y sus productos. Existen numerosas áreas de normalización que impulsan la transición ecológica: desde la economía circular, hasta la biodiversidad, pasando por la eficiencia energética, la movilidad y las finanzas sostenibles o la compra verde. La acción climática se incluye en estas líneas de actuación con un protagonismo especial que se desarrolla a continuación.

Mitigación

La actuación más directa en la lucha contra el cambio climático, la reducción en la cantidad de gases de efecto invernadero que emitimos requiere como elemento clave una cuantificación inequívoca de las emisiones que permita identificar de forma fiable cuáles son las emisiones asociadas a una actividad o a un producto/servicio y cuáles son esas emisiones después de aplicar medidas de reducción. La normalización relacionada con la mitigación del cambio climático proporciona herramientas para la cuantificación de emisiones, su validación/verificación y su comunicación.

La norma UNE-EN ISO 14064-1 especifica los principios y requisitos para la cuantificación de GEI a nivel de organización. Incluye los principios para determinar los límites de la organización y de las operaciones a cubrir en el inventario de GEI, los requisitos para la identificación de las fuentes y sumideros, la selección de la metodología de cuantificación o el cálculo de las emisiones. Por otro lado, la norma UNE-EN ISO 14067 permite determinar las emisiones asociadas a un producto o servicio, determinando la huella de carbono asociada a su ciclo de vida. Completando estos enfoques, la norma UNE-EN ISO 14064-2 se centra en los proyectos o actividades diseñadas para reducir las emisiones de GEI, incluyendo los requisitos para la planificación y la implementación del proyecto.

Un elemento clave para dar utilidad a las normas anteriores es definir la forma en la que se verifica y valida la información resultante. La norma UNE-EN ISO 14064-3 detalla los principios y requisitos para la verificación de las emisiones de GEI, describiendo los elementos del proceso de verificación/validación como el nivel de aseguramiento, los objetivos y alcance o el plan de validación. Por otro lado, los requisitos que tienen que cumplir los organismos dedicados a realizar dicha verificación se contemplan en la norma UNE-EN ISO 14065 (actualmente en revisión), que contiene los principios que deben seguir estos organismos. Estos incluyen requisitos generales, como aspectos contractuales o conflicto de intereses y requisitos específicos, como la estructura y recursos o la, gestión de los registros. Es destacable que esta norma amplió su alcance desde el ámbito de las emisiones para cubrir todo tipo de información ambiental.

Así mismo, cuando se realizan actividades de mitigación o adaptación al cambio climático, un punto clave es la selección o el desarrollo de la metodología a utilizar. Este es el objetivo de la norma UNE-ISO 14080, que sirve de guía para identificar, evaluar y desarrollar dichas metodologías. La norma establece las bases para que dicha metodología sea fiable, contrastada y compatible con otras metodologías entre sectores o entre niveles dentro de un mismo sector.

Las normas comentadas hasta aquí, de aplicación por cualquier tipo de organización, se complementan con normas sectoriales como la norma ISO 14083, que proporciona pautas específicas para la cuantificación de emisiones en el sector del transporte.

Es destacable que estas normas se desarrollan en el mismo órgano de normalización que las normas UNE-EN ISO 14040 de análisis de ciclo de vida o la norma UNE-EN ISO 14020 de etiquetado ambiental, por lo que se asegura el alineamiento con estas.

Cero emisiones netas y neutralidad en carbono

Una especial mención merece los trabajos de normalización dedicados a estos dos conceptos. Por un lado, destaca el estándar ISO IWA 42 que proporciona directrices para que las organizaciones realicen la transición hacia el cero neto de forma coherente y eficaz. Establece definiciones clave, como el propio término de cero neto, que pone el foco en priorizar la reducción de emisiones aplicando medidas de eliminación de gases de la atmósfera solo sobre las emisiones residuales. El estándar contiene pautas tanto para las organizaciones que se proponen llegar al cero neto como para las organizaciones que dictan políticas, legislación, acuerdos o marcos con este objetivo. El documento combina distintas iniciativas en este ámbito, haciendo referencias constantes al GHG Protocol, a documentos del UNFCCC, a normas ISO, entre otras fuentes.

En este ámbito se está desarrollando la norma ISO 14068 que establece los principios para alcanzar y demostrar la neutralidad en carbono, entiendo por carbono el conjunto de gases de efecto invernadero. Si bien en un principio la norma establecía que la neutralidad en carbono podía conseguirse haciendo un uso extensivo de la compensación de emisiones, los últimos borradores acercan el concepto al de cero emisiones netas. Por tanto, queda por delante la tarea de definir la divergencia o convergencia de ambos enfoques, tarea que será objeto de análisis en los próximos meses.

Adaptación al Cambio Climático

También en el ámbito de la adaptación al cambio climático, la normalización suma esfuerzos para proporcionar herramientas estratégicas y fiables que faciliten implantar medidas eficaces y a cumplir los objetivos de desarrollo sostenible en este ámbito. La norma UNE-EN ISO 14090 es la primera norma internacional sobre adaptación al cambio climático. Describe un marco coherente, estructurado y práctico para la adaptación al cambio climático, útil para prevenir o minimizar el daño que puede causar el cambio climático en las actividades de las organizaciones. La aplicación de este enfoque permite considerar adecuadamente la adaptación al cambio climático en todo el espectro de actuación de la organización como el diseño, implementación o actualización de sus políticas, estrategias o actividades.

Es destacable que la aplicación de esta norma contribuye a demostrar a las partes interesadas que el enfoque de una organización para la adaptación al cambio climático es adecuado y fiable, aportando, asimismo, credibilidad frente a entidades relacionadas con la adquisición, inversión o la contratación de seguros de la organización. La norma contempla, por tanto, no solo el desarrollo de medidas de adaptación sino también la comunicación de estas medidas de una forma verificable. Además, su enfoque es no lineal, de forma que puede ser utilizado tanto por organizaciones que se plantean primera vez la adaptación al cambio climático, como por aquellas que ya han dado pasos en este sentido o cuentan con una experiencia relevante en adaptación.

Por otro lado, la norma UNE-EN ISO 14091 da pautas para realizar una correcta evaluación de los riesgos relacionados con los impactos del cambio climático. Así, describe cómo entender la vulnerabilidad y cómo desarrollar e implementar una evaluación de los riesgos (actuales y futuros). Por su parte, la UNE-ISO/TS 14092 se centra en los planes locales de adaptación, sirviendo de apoyo a las organizaciones, gobiernos y comunidades locales en el análisis del riesgo, la vulnerabilidad y la capacidad de adaptación al clima en el ámbito local de forma que se alineen, apoyen y faciliten la elaboración e implementación de los planes nacionales de adaptación. Esta serie la completa la norma ISO 14093, actualmente en elaboración, que proporciona una metodología para canalizar la financiación en cambio climático desde los organismos nacionales a las autoridades subnacionales.

Así mismo, la Comisión Europea, en apoyo a la Estrategia Europea de Adaptación al Cambio Climático, ha solicitado a los organismos de normalización una revisión de las normas vinculadas a infraestructuras críticas (energía, transporte, edificación y telecomunicaciones) para introducir criterios de adaptación a los nuevos escenarios climáticos entre sus requisitos. Este trabajo incluye la consideración de la adaptación en los Eurocódigos y los primeros pasos para el desarrollo de normas sobre soluciones de adaptación concretas.

Contribución española

La visión de las entidades españolas en todas las normas referenciadas hasta aquí se canaliza a través del grupo de normalización de cambio climático de UNE, CTN 216/GT 2, donde hay representación de empresas privadas, centros de investigación, Administración pública y universidades. La participación en el grupo está abierta a aquellas entidades interesadas en conocer estos estándares, acceder los borradores en elaboración y participar en su desarrollo.