Las condiciones operativas de la economía manufacturera española empeoraron en febrero por primera vez en más de un año, debido a un debilitamiento del entorno económico tanto a nivel nacional como internacional. Aunque la producción aumentó marginalmente, los nuevos pedidos disminuyeron y el empleo bajó por primera vez desde agosto de 2024.
Los informes sobre el aumento de los precios de los proveedores hicieron que los costes de los insumos en general continuaran aumentando, mientras que las empresas optaron por proteger sus márgenes de beneficios subiendo sus precios de venta. No obstante, en una nota más positiva, la confianza se fortaleció hasta su nivel más alto desde mayo de 2024.
